Vivienda sostenible

Hoy queremos centrarnos en los principios de sostenibilidad que debemos tener en cuenta cuando se trata de rehabilitar la vivienda existente.

La rehabilitación es precisa no solo para disminuir las emisiones de CO2 que genera, entre otros, el excesivo consumo de calefacción y aire acondicionado en las viviendas mal aisladas, sino que, la rehabilitación es precisa también para evitar generar un mayor impacto con la nueva construcción. Cuantas más casas rehabilitemos, menos nuevas precisaremos.

En el VI Congreso de Edificios de Energía Casi Nula (EECN) celebrado en Madrid el pasado 23 de octubre, el Subdirector General de Arquitectura y Edificación del Ministerio de Fomento, Luis Vega, puso el foco en la necesidad de rehabilitar 300.000 viviendas al año de nuestro parque de viviendas a través de las intervenciones en tres frentes: la envolvente, las instalaciones y la energía renovable.

Coincido plenamente en que estos tres puntos son los básicos para llevar a cabo una reforma sostenible, así como para lograr una vivienda más eficiente y sana, por ello vamos a resumir las actuaciones precisas para llevarla a cabo afrontando estos tres conceptos.

La envolvente
El tratamiento de la envolvente de un edificio a través de un Sistema de Aislamiento Térmico Exterior SATE o similar suele ser la más eficaz. No obstante, así como cuando tenemos una vivienda unifamiliar esto no representa ningún problema, cuando se trata de un piso, el tratamiento de la fachada es una decisión que afecta a toda la comunidad y, por tanto, deberá ser aprobada en Junta General por mayoría. Esto supone, en muchas ocasiones, posponer por un tiempo indefinido la solución al problema y en muchos casos, hacerla inviable.

Por ello, con independencia de los futuros acuerdos comunitarios, debemos tratar la reforma de la envolvente que afecte a nuestra vivienda desde el interior dando prioridad máxima a las paredes y huecos que dan hacía el exterior.

En ocasiones, el tratamiento final se ve determinado por la falta de espacio en el interior por lo que debemos, desde el inicio, considerar los centímetros que nos va a reducir la solución propuesta. Esta solución consta de tres fases.

  1. Tratamiento de paredes: Aislantes
    Realizaremos una doble pared creando entre ambas una cámara de aire donde podamos insertar el aislante térmico, y acústico si también se precisara. La forma más sencilla de proceder es con Pladur creando, en paralelo a la pared existente, un marco metálico con unos rieles fijados a techo y suelo en los que se encastran unos largueros verticales cada 60 cm entre los que se colocan las planchas del material aislante sostenible de corcho, celulosa, cáñamo etc…

Hay que tener en cuenta que es más eficaz colocar una plancha aislante en vertical y otra en horizontal para tapar las juntas entre ellas. Finalmente colocaremos el material para su terminación final, madera, pladur, etc.

Si los techos de la vivienda son muy altos, también convendría bajarlos para evitar utilizar más energía de la necesaria para calentar o refrigerar la estancia, utilizando una perfilaría similar. En este caso, podríamos aprovechar para aislar acústicamente la vivienda y evitar los molestos ruidos del piso superior.

Para las ventanas, y demás huecos, hay que realizar, con los mismos perfiles de pladur, un marco específico alrededor de ellas y darles el mismo tratamiento.

  1. Ventanas
    Las ventanas suponen una fuente importante de disipación de frío y calor a las que debemos dar un tratamiento especial. Dependiendo del presupuesto y de la antigüedad de las ventanas, podemos plantear tres tipos de acciones:

Tratar las ventanas actuales con juntas aislantes. Se trata de colocar en los bordes de las ventanas y en las cajas de persiana, bandas de silicona y de otros materiales para evitar las filtraciones de aire. Además, es también conveniente repasar el ajuste de las bisagras.
Cambiar los cristales manteniendo los marcos. La principal fuente de pérdida de energía se produce a través del cristal. Si sustituimos los actuales por otros “vidrios bajo emisivos” o vidrios ATR (de aislamiento térmico reforzado), lograremos que el calor interior no se disipe hacia el exterior. Además, si la ventana está muy expuesta al sol, conviene que el cristal tenga algún tipo de control solar que ofrezca resistencia a los rayos ultravioletas.
Cambiar las ventanas. Si buscamos ventanas ecológicas debemos rechazar las fabricadas con derivados del petróleo y decantarnos por las de madera o aluminio con rotura de puente térmico y con los cristales de las características antes citadas. Además, si disponemos de espacio, es preferible que sean de hoja batiente, y/o oscilobatiente, ya que las correderas no son tan herméticas como aquellas.

Energía renovable
En un piso, excepto que dispongamos de chimenea en cuyo caso podríamos llegar a instalar una de leña o de pellets, no podemos recurrir a las energías renovables sin pasar por los acuerdos con la Comunidad de Vecinos.

No obstante, en una vivienda pequeña, sí podemos instalar un sistema de aerotermia. Estos sistemas, cada vez más tecnificados, utilizan para su funcionamiento, el aire exterior no contaminante, y son bombas de calor diseñadas para aportar tanto refrigeración en verano como calefacción en invierno e incluso, agua caliente.

Finalmente, solo queda recordar que es importante avanzar hacia la mejora de nuestras viviendas, no solo hacia la sostenibilidad, sino también induciendo en sus ocupantes los conceptos de reciclaje y reutilización de una economía doméstica circular. Por ello, al reformar la cocina, no olvidemos destinar un espacio al reciclaje de los vidrios, cartones, envases, aceites usados, etc.

Tened la seguridad de que si logramos rehabilitar vuestra vivienda de manera sostenible no solo vamos a contribuir al medioambiente, sino a logar un importante ahorro en nuestras facturas de energía y agua.

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